martes, 20 de diciembre de 2011



Mi tía Abigaíl vivía en la calle Hornos, que va a dar muy cerca del Torreón de San Lázaro. Era invierno y el carnaval habanero caía por esos días. Una noche me llevaron a ver las carrozas.

El carnaval de La Habana es un espectáculo, no como el de Santiago, donde la gente se involucra más. Además, son dos estaciones: La Habana, en invierno y Santiago en la candela de julio. Me gustó mucho porque tenía fuegos artificiales y había una carroza con escobas –símbolo de la ortodoxia,  para barrer la corrupción- y el lema “chibasista” Vergüenza contra dinero. En Cuba siempre se ha hecho propaganda política en cualquier oportunidad. Me dieron por la vena del gusto.