martes, 13 de diciembre de 2011


Yo no sé a dónde fue a parar Juanita, el caso es después trabajó por años en una tienda de víveres muy conocida que se llama La Molienda. Una vez me la encontré en una guagua y me hice el bobo, pero por la forma en que ella me miró sé que me conoció. Con el tiempo se jubiló y ahora vive en una playa.

Luz siguió casada con Dubois, pero éste empezó a sentirse muy mal y lo conversó con Tranquilino, que le aconsejó coger una muestra del café con leche del desayuno. Como Tranquilino tenía muchos amigos en la Policía, no le fue difícil hacerla analizar. Encontró que tenía arsénico. Luz estaba matando a Dubois poco a poco. Él se la llevó aparte y le dijo: Fíjate, yo sé que tú me estás matando pero no quiero escándalos. Así que recoge lo tuyo y sal de aquí ahora mismo. Y eso mismo hizo. Ella, que llegó con un maletín,  una muda de ropa y una jeringuilla, sacó siete camiones de tarecos. Contaba mi madre que Dubois se paró en la portería de atrás a mirarlos salir y cuando se fue el último gritó ¡Solavaya! Y cerró con candado.

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